La adolescencia es una etapa normal en el desarrollo del ser humano. Sin embargo, para muchas familias esta etapa vital se convierte en un momento complejo, repleto de miedos e incertidumbres. Sus ganas de descubrir el mundo y sus propios problemas asociados a esa necesidad de encontrar su lugar en el mundo nos preocupa. Y lo cierto es que no ayudan los mensajes que nos llegan sobre este momento vital.
A veces, hay ideas preconcebidas que, en algunas ocasiones, acabamos potenciando desde casa. Por ejemplo, tratamos al adolescente como alguien despistado, inmaduro o rebelde porque es como pensamos que debe ser y sin querer apoyamos que ocurra (es lo que se conoce como Efecto Pigmalión). Por desconocimiento también tratamos a la llamada «edad del pavo» como un periodo que tiene que pasar y solo necesita tiempo. Así, suele ocurrir que pensamos que una vez pasado un determinado tiempo volverá a ser «normal». Esta idea hace que padres y familiares a su alrededor tengan una actitud muy pasiva y de espera hacia el adolescente.
El reto de conocer y valorar esta etapa
La adolescencia es una edad de cambio y los cambios dan miedo. Es ese miedo el que hace que los jóvenes actúen de manera defensiva o agresiva. Poco proactiva. Debemos ayudar a nuestros hijos e hijas a transformar ese miedo en acción, apoyando al adolescente en sus emociones, acciones y decisiones, guiándole para que esa emoción de miedo se transforme en satisfacción por superar obstáculos.
¿Podemos hacer algo en casa para adelantarnos a esta etapa e ir preparados? Podemos ir preparándonos como nos preparamos para la llegada de un hijo o la llegada de un hermano para un hijo o hija. Si la familia, tanto padres como hermanos y hermanas, conocen qué pasará en la adolescencia y cómo apoyará cada uno esta etapa de un miembro de la familia, todo será más sencillo, ya que entenderemos determinadas conductas, y no solo eso, sino que sabremos cómo dar respuesta. Prepararlo juntos unirá a la familia y la hará mucho más fuerte.
Desde Crece Bien proponemos a las familias apoyar y ayudar al resto de la familia tratando esta etapa de la vida como otras, todas tienen ventajas. En esta es importante apoyar al adolescente en el cambio, ayudarle a buscar su propia identidad, metas y objetivos, planificar junto a la familia el cambio de responsabilidades y «privilegios» y reforzar su estima, identificación y manejo de emociones y el proceso de toma de decisiones eficaz por su parte.
5 claves para una convivencia armoniosa con nuestro hijo o hija adolescente
- Límites claros, qué puede y qué no puede hacer. Estos límites deben ser conocidos por todos, al igual que conocidas las consecuencias de cumplirlos o no cumplirlos.
- Cómo apoyarnos cuando no nos sentimos bien, poner en común qué necesita cada uno y qué espacios se utilizan en familia para mejorar la convivencia.
- Tiempos de comunicación que no se dediquen a enseñar, juzgar, penalizar… sino que sean dedicados a conocer, preguntar, reforzar o que sean tiempos dedicados a realizar una actividad que le guste.
- El respeto y el apoyo como valor. Inculcar en la familia el respeto y el apoyo como valor fundamental en la familia. Será de gran ayuda para todos siempre pero sobre todo cuando algún miembro pase un momento de crisis.
- Conocer los cambios de cada etapa y preparar a todos los miembros animando a conocerlos y que cada uno pueda comprometerse a una pequeña acción para ayudar y apoyar el cambio.
En Crece Bien somos profesionales con amplia experiencia en inteligencia emocional. Si tienes alguna duda o necesitas alguna recomendación, te animamos a que contactes con nosotros, estaremos encantados de atenderte. Puedes hacerlo en el correo electrónico informacion@crecebien.es o en el teléfono 910002602.