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22 de septiembre de 2023

«Si te pegan, pega» Hipocresía parental y su impacto en la educación infantil

Los mensajes que transmitimos a nuestros hijos son cruciales para su desarrollo y formación en valores. Una de las instrucciones más contradictorias que a menudo se les da es: «No se pega», pero al enfrentar una situación de agresión, algunos padres y madres pueden llegar a decir: «Si te pegan o insultan, devuélvesela». Esta dicotomía en el mensaje puede tener profundas consecuencias y es fundamental analizarla.

Las raíces del mensaje

Muchos padres tienen miedo de que sus hijos sean víctimas de acoso o maltrato, y es comprensible. La intención detrás del mensaje «devuélvesela» puede ser empoderar al niño para que se defienda, para que no sea visto como «débil» o «presas fáciles». Sin embargo, es esencial sopesar las implicaciones a largo plazo de este consejo.

Consecuencias del mensaje contradictorio

  1. Confusión moral: Al recibir instrucciones mixtas, los niños pueden sentirse confundidos sobre cuándo es aceptable y cuándo no lo es usar la violencia o la agresión verbal. Esto puede dificultar la toma de decisiones éticas en situaciones futuras.
  2. Ciclo de violencia: Responder a la agresión con más agresión puede perpetuar un ciclo de violencia, donde cada parte siente que su reacción violenta está justificada por la violencia previa.
  3. Fomento de la confrontación: Alentar a los niños a «devolver» la agresión puede llevar a una mentalidad donde la confrontación es la primera solución, en lugar de la comunicación y la resolución pacífica de conflictos.
  4. Repercusiones sociales: Esta actitud puede afectar las relaciones del niño con sus compañeros y llevar a la exclusión o a ser etiquetados como «problemáticos».

Alternativas al «devuélvesela»

  1. Habilidades de comunicación: Enseña a tus hijos a expresar cómo se sienten y a pedir que cesen los comportamientos hirientes, fortaleciendo su asertividad.
  2. Evitar y reportar: Enseñarles a alejarse de situaciones amenazantes y a informar a un adulto de confianza.
  3. Fortalecimiento de la autoestima: Reforzar su autoimagen positiva puede hacer que los comentarios y acciones de otros tengan menos impacto en su bienestar.
  4. Resolución de conflictos: Enseñar técnicas de resolución pacífica de conflictos, como la mediación, puede ayudarles a enfrentar situaciones difíciles sin recurrir a la agresión.

Afrontar la agresión y el conflicto es una habilidad esencial que nuestros hijos necesitarán durante toda su vida. Al ofrecerles herramientas y técnicas constructivas, les damos una base sólida para manejar estas situaciones de forma positiva y madura. A continuación, se presentan algunas dinámicas concretas que los padres pueden implementar:

  1. Juego de roles: Esta es una excelente manera de practicar situaciones potenciales en un ambiente seguro.
    • Cómo hacerlo: Representa con tu hijo una situación en la que alguien podría insultar o ser agresivo. Luego, permítele responder usando la comunicación asertiva y otras habilidades. Analicen juntos la respuesta y discutan cómo se sintió.
  2. El semáforo del conflicto: Ayuda a los niños a identificar y gestionar sus emociones.
    • Cómo hacerlo: Dibuja un semáforo y asigna un color a cada nivel de emoción: verde (calmado), amarillo (precaución, un poco molesto) y rojo (muy molesto o enfadado). Cuando discutan situaciones conflictivas, pídele que identifique en qué color del semáforo se encontraba. Luego, hablen sobre estrategias para «volver al verde».

Al final, el objetivo es ofrecer a nuestros hijos un conjunto de herramientas que puedan usar cuando se enfrenten a desafíos. Al ser proactivos y alentar prácticas positivas desde una edad temprana, estamos sentando las bases para adultos emocionalmente inteligentes y resilientes.

En conclusión, aunque la intención detrás de «Si te pegan o insultan, devuélvesela» puede ser proteger y empoderar a nuestros hijos, es fundamental considerar las consecuencias a largo plazo de este mensaje. Al proporcionar herramientas y habilidades alternativas, podemos preparar a nuestros hijos para enfrentar desafíos de manera efectiva y ética.