Los gritos no educan, dañan: Cómo impactan en los niños y cómo evitarlos

En la crianza, todos enfrentamos momentos en los que parece que solo un grito hará que nos escuchen. Sin embargo, levantar la voz puede ser más perjudicial de lo que imaginamos. Los gritos no solo generan miedo o desconexión emocional inmediata, sino que, con el tiempo, impactan negativamente en la autoestima y el desarrollo emocional de los niños.
Un estudio de la Universidad de Pittsburgh reveló que crecer en un ambiente donde los gritos son frecuentes puede aumentar el riesgo de problemas de conducta, ansiedad y depresión en los niños. Estos efectos no desaparecen fácilmente; los patrones de crianza basados en gritos a menudo moldean la manera en que los niños manejarán sus relaciones y emociones en el futuro.
¿Por qué recurrimos a los gritos?
Muchas veces, detrás de un grito hay estrés, frustración acumulada o la sensación de que no somos escuchados. Sin embargo, levantar la voz enseña a los niños que la ira es una forma válida de resolver problemas. Esto puede perpetuar ciclos de comunicación agresiva en sus propias vidas.
Estrategias para educar desde el respeto:
Crea espacios de pausa: Antes de reaccionar, respira profundo y tómate unos segundos para calmarte. Este tiempo también permite que los niños reflexionen sobre lo ocurrido.
Conecta emocionalmente: Baja a su altura, haz contacto visual y utiliza un tono calmado. Esta conexión emocional les ayuda a sentirse comprendidos y les predispone a escuchar.
Explica las consecuencias: En lugar de recurrir al grito, explícales por qué una acción es inapropiada y qué se espera de ellos.
Refuerza lo positivo: Destaca sus logros y comportamientos adecuados para fomentar la cooperación desde la motivación, no desde el miedo.
Criar sin gritos requiere tiempo y esfuerzo, pero los resultados valen la pena. En Crece Bien, trabajamos con las familias para desarrollar herramientas de comunicación respetuosa, porque creemos que el respeto y la calma son la base de una relación sólida y amorosa con nuestros hijos.

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