El 25 de noviembre desde 1981 se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer con el objetivo de visibilizar la necesidad de erradicar un problema que afecta a las mujeres de todo el mundo. Desde Crece Bien nos sumamos a esta reivindicación y lo hacemos desde un lugar que creemos que es muy útil: desde la divulgación. Porque una de las herramientas que tenemos a nuestro alcance para acabar con la violencia hacia las mujeres es la educación. Pero, ¿qué significa educar en la igualdad y en la no violencia? ¿Por qué es importante? ¿Cómo podemos hacerlo? De todo esto os hablamos en el siguiente texto.
Educar en igualdad para romper estereotipos
Educar en igualdad significa que todos tenemos los mismos derechos y las mismas oportunidades. Hoy en día, por desgracia, aún existen muchos estereotipos sobre cómo debe comportarse un hombre o en cómo debe ser una mujer. Educar en igualdad se trata de romper con esos estereotipos haciendo más libre a las personas y más tolerantes.
Para educar en la igualdad en casa debemos tener en cuenta:
- Que no debemos utilizar las etiquetas y debemos respetar los gustos de nuestros hijos. Por ejemplo, si a un niño le gusta un juguete no usemos frases del tipo: “Eso es de niña”.
- Que no debemos usar la expresión “hacer algo como una niña” para referirnos a que hacemos algo mal. “Corres como una niña” o “lloras como una niña” son dos ejemplos muy habituales en este sentido.
- Que no debemos asignar tareas en función del género. Un ejemplo muy claro: “Cocinar es de mujeres”.
- Que debemos concienciarles de las desigualdades que existen. Dialoguemos con nuestros hijos y reflexionemos con ellos sobre situaciones de desigualdad de las que hayan sido testigos.
Cuando educamos en igualdad fomentamos que nuestros hijos e hijas tengan las mimas oportunidades y libertades a presente y a futuro. También contribuimos a que sean más tolerantes con los demás y con ellos mismos, ayudando a crear un futuro donde ellos puedan elegir lo que quieran ser, sin miedo a ser juzgados o criticados por los demás.
El valor de ejemplo: más importante que nunca
Ser un modelo para nuestros hijos es necesario cuando hablamos de educar en la igualdad. Si le decimos a los peques que la tarea domestica corresponde a todos los miembros de la familia, pero luego observan que en su casa no es así, que la responsabilidad en este ámbito recae más sobre las mujeres, sólo por ser mujeres, es probable que se sientan confundidos. Ocurre que muchas veces nuestras palabras contradicen nuestros actos, y los niños aprenden sobre todo observando lo que hacemos.
Además, es importante saber reconocer nuestros propios prejuicios. La desigualdad de genero es algo con lo que todos nos hemos criado, debemos saber que no somos perfectos, que nosotros al igual que los peques también aprendemos y es fundamental que si nos equivocamos, los reconozcamos, reflexionemos y busquemos soluciones.
Imaginemos una situación en la que un padre le dice sus hijos: “Debemos ayudar a mamá a mantener la casa limpia”. O a una mujer comentado lo siguiente: “Los hombres no limpian tan bien como las mujeres”. En este punto, es importante reconocer que no hemos equivocado y reflexionar con los más pequeños a que las tareas domesticas es algo que corresponden a todos los miembros de la familia, que no se trata de ayudar sino de cooperar.
5 claves para practicar en casa
- Leamos libros y veamos películas que rompen con los estereotipos de género. Escapemos de historia donde las princesas son bellas, buenas y gentiles y los hombres fuertes, valientes y los encargados de salvar a la doncella.
- Si ven alguna situación injusta donde haya discriminación por género, es fundamental hablar con ellos y ellas, y reflexionar, invitarles a ponerse en el lugar de la otra persona y a que busquen soluciones. Por ejemplo, si nuestro hijo nos dice que no han dejado jugar a una niña al fútbol porque es chica, invitémosle a pensar cómo se habrá sentido la chica, preguntándole cómo se hubiera sentido si a el no le dejan jugar por ser chico, si le parece justo.
- Debemos hablarles tanto de hombres y como de mujeres que hayan sido relevantes en la historia. Ponerles ejemplos en los que un hombre haya sido cuidador y otros donde una mujer haya sido fuerte.
- Hay que permitir que cada niño y cada niña conozca lo que le gusta. Que no se vean limitados por los estereotipos.
- Por último, es esencial que promovamos una educación sexual basada en el respeto y la tolerancia. En este punto es importante saber que hay muchas películas, series y seguramente ejemplos reales en el entorno de nuestros hijos, ya sean familiares o en el instituto, que promueven una relación de pareja basada en la desigualdad. Es importante enseñar a nuestros hijos cómo es una relación de pareja sana, qué derechos tenemos y qué limites tenemos que respetar.
Por Gema Fuentes, psicóloga de Crece Bien
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