La llegada de un hermano pequeño es un cambio enorme para los mayores. Todos en casa tenemos que adaptarnos a una nueva situación. Y los celos pueden hacer su aparición. Os contamos qué es interesante saber sobre los celos entre hermanos.
Los cambios en la familia nos afectan a todos
La llegada de un hijo cambia inevitablemente nuestro día a día: nuestras costumbres, nuestros ritmos, nuestras prioridades. Aunque esto es algo que todos imaginamos antes de convertirnos en padres, hasta que no llega el momento no somos realmente tan conscientes de hasta qué punto nuestra vida va a dar un giro. Un giro al que debemos adaptarnos. Poco a poco, sin prisas y con calma.
Cuando llega el segundo hijo a la familia, los cambios también son enormes pero, además de los propios como padres (¡bipadres!), se suman los que afectarán de manera irremediable al hermano o hermana menor. Y si para nosotros no es fácil, para ellos lo es aún menos. Es aquí donde nuestra empatía, amor y acompañamiento en el proceso se vuelven de vital importancia no sólo de cara a las futuras relaciones familiares, también por la propia salud emocional de los más pequeños.
Los celos entre hermanos son normales
Cuando un niño muestra celos ante la llegada de un hermano, no es más que la manifestación de su deseo de mantener y reforzar las relaciones afectivas que hasta el momento le han acompañado. Los celos le impulsan a hacer todo lo posible para mantener el amor de sus padres y puede que hasta se sienta desplazado. Es como si al llegar a casa nuestra pareja nos dijera que llega una nueva persona a formar parte de la familia y que hay que quererla porque es una nueva compañera o compañero. Como mínimo nos enfadaríamos un poco.
Los hijos “compiten” por hacerse su propio hueco en la familia, por la atención de los padres. Y así también aprenden muchas cosas: que hay que esperar, que vuestro amor es incondicional, que cuando llegó el hermano o la hermana vuestro amor se multiplicó, que siempre vais a cuidar de vuestros hijos, que la rivalidad no tiene sentido en el seno familiar.
Cuando dejamos de ver los celos como algo negativo, y lo vemos como algo normal es cuando podremos afrontarlos de una manera mucho más positiva y enriquecedora para todos. Si van a aparecer, que no nos pillen renegando de ellos.
Cómo afrontar los celos
Cómo afrontemos la situación va a influir en que ese aprendizaje tenga sentido o por el contrario empeore su relación y su salud emocional. Y para ello también necesitamos hacer un ejercicio interno que nos ayude a ver que esto es algo temporal, que debemos quitarle importancia y, sobre todo, que en medio del caos más absoluto, debe imperar el sentido común, la calma y el respeto.
Os damos algunas ideas que os pueden servir para afrontar este reto que la crianza puede poneros en el camino:
- Ponernos en la piel de nuestros hijos nos ayuda a verlo todo desde la perspectiva de los niños. Normalmente los hermanos mayores siente una gran alegría inicial pero puede que poco a poco esa emoción se deshinche y acabe por decepcionarles la nueva situación. Las dichosas expectativas que ya desde la más tierna infancia están al acecho. Entender esto ya nos pone de frente con la situación para afrontarla de la mejor manera posible.
- Dedicar un tiempo exclusivo con cada niño puede servir para que no se sientan desplazados. Ninguno de los dos, claro, porque los hermanos pequeños también pueden sentir celos de los hermanos mayores. Cada uno de nuestros hijos es único y necesita su tiempo, su espacio, sus mimos individualizados. Basta con un ratito al día, una actividad que os guste o simplemente ese cuento favorito antes de ir a dormir.
- Cuando los niños van creciendo crecen los conflictos. Se pelean más, discuten, se disgustan… Esto también forma parte de su desarrollo y de su día a día como hermanos. Dejar que ellos solucionen los problemas que pueden solucionar por sí mismos es también una forma de educarles emocionalmente. Actuar sólo cuando el conflicto llega a más puede ser una buena idea para dejarles su espacio. Que tomen sus decisiones.
- Menos estrés para todos es fundamental de cara a afrontar los celos. En una sociedad como la nuestra, de ritmo frenético y alocado, es difícil escapar a las garras de la ansiedad, del todo “ya”. Pero es necesario aprender a parar. Respirar. Saber que todo lleva su ritmo, y que seguramente pasará mucho antes de lo que pensamos.
¿Qué opináis? ¿Habéis vivido alguna situación de celos en casa? ¿Qué opináis de los celos entre hermanos
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