Cinco ideas para que las mañanas sean menos estresantes

 

mañana menos estresante

 

Cada mañana lo mismo: gritos, carreras, estrés y enfados. No hay una receta mágica para que las mañanas sean menos estresantes pero sí hay muchas ideas que van a contribuir a que sean más fáciles. Os las contamos.

 

Las mañanas se convierten en una verdadera carrera de obstáculos en muchos hogares. Cuesta levantar a los peques (y no tan peques), cuesta desayunar, cuesta vestirse y cuesta salir de casa. La desesperación se apodera de esos adultos con un día largo por delante, muchas que hacer y un horario muy estricto para todo. ¡Respiremos!

Se puede intentar hacer un poco más fáciles las mañanas. No hay una receta mágica pero sí hay estrategias que pueden ayudarnos a conseguir bajar ese estrés que termina perjudicando a todos los miembros de la familia y que, inevitablemente, afecta a la relación con nuestros hijos.

Recomendaciones para que las mañanas sean menos estresantes

  1. Deja preparado todo la noche anterior. Algo tan sencillo como esto facilita enormemente las mañanas. Prepara la ropa que os vais a poner y deja en la entrada las mochilas, bolsas, llaves y todo lo que necesitéis llevaros. En el baño también puedes dejar a mano peines, cepillo de dientes, toalla para secar la cara…
  1. Organiza la mesa del desayuno. Poner los platos, las tazas, dejar fuera el tostador, las servilletas, el pan y los cubiertos nos ahorra mucho tiempo por la mañana y facilita que desayunemos de manera más saludable. ¿Ideas para un desayuno saludable? Tienes unas cuantas ideas en este enlace.
  1. Adapta un reloj con tiempos marcados. Esto ayuda mucho a que los más pequeños tengan conciencia del tiempo que emplean para cada cosa. Podéis comparar un reloj de cocina barato (en Ikea tienen alguno por menos de 5 euros) y pintar su interior marcando los tiempos para levantarse, desayunar, vestirse y salir.
  1. Acostaros antes por la noche. Es habitual escuchar a muchas familias cenando a las 10 de la noche. Si queremos que los niños, y nosotros, descansemos el tiempo necesario debemos adelantar nuestros horarios. Cenar alrededor de las 8 de la tarde nos permite una cena más calmada, con menos prisas, pero también llegar a la cama mucho antes. Al principio puede costarnos adelantar los horarios pero se nota tanto que merece mucho la pena cambiar de hábitos.
  1. Intentad relativizar. Ocurre muchas veces que hay cosas que vemos como irrenunciables, imprescindibles, pero que luego en realidad no lo son tanto. Aprender a ser flexibles y a relativizar nos ayudará también por las mañanas cuando alguno de nuestros hijos se levante de mal humor o las cosas no salgan según nuestras previsiones. Nada es perfecto, y mucho menos lo es la crianza y la educación de los hijos. Las mañanas para ir al cole, tampoco.

 


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