Cuando una pareja decide separarse y tiene hijos, son grandes los retos y las dudas a las que va a enfrentarse. Al duro trance que se produce a nivel emocional, se une la preocupación por acompañar bien a los hijos. En el siguiente texto os contamos cuándo debemos explicárselo, qué conductas debemos evitar y os damos algunas recomendaciones básicas para que el acompañamiento sea lo mejor posible.
Probablemente, y siendo cautos, podríamos decir que el mejor momento para explicar a nuestros hijos o hijas que nos vamos a divorciar sea en el que ya se conoce qué va a pasar con ellos y ellas: si continuarán en la misma casa, si se cambiarán, si convivirán con uno u otro progenitor o seguirán en el mismo barrio o colegio. Este aspecto da mucha seguridad a los niños, y es la primera pregunta que suelen plantear.
Debemos de tener en cuenta que si antes preguntan o sospechan, les podemos decir que estén tranquilos, que ambas figuras se ocuparán de que ellos estén bien y tranquilos, que están pasando por un momento de conflictos al no ponerse de acuerdo y están hablando para resolverlo lo antes posible. Si les podemos dar algún ejemplo de alguna situación que hayan vivido con algún amigo sería muy positivo. Hay que explicarles que hay conflictos que se resuelven en un minutos y otros que se resuelven en días.
La edad del niño, niña o adolescente influye en la afectación del divorcio y su abordaje (la adolescencia, por ejemplo, es una de las etapas de mayor inestabilidad), pero también depende del momento en el que se produce. Por ejemplo, puede afectarles más en momentos que son ya intensos a nivel emocional como el inicio del colegio, las épocas de exámenes…
¿Qué conductas debemos evitar frente a nuestros hijos e hijas?
- Sobre todo evitar acciones dirigidas a atacar a uno de los progenitores, insultarlo, criticarlo, culpabilizar… No ayuda a los niños, les crea mucha confusión. Sentir que uno de ellos, su figura de referencia, le dice cosas negativas del otro, les crea sentimientos encontrados y de desconfianza.
- Negar las emociones que sienten. Por ejemplo, decirles que es lo mejor y que no tienen porque estar tristes, que deben estar contentos, o decirles que tú estás muy contento o contenta, también les crea confusión.
- Decirles que es temporal. Lo único que provoca es la esperanza de que todo vuelva a ser como antes y suele conllevar impaciencia, frustración al ver que no ocurre y una decepción después.
- Que sean los niños los que tengan que tomar decisiones como con quién quieren vivir, dónde o si quieren o no cambiar de colegio. Podemos dejar que expresen lo que piensan por supuesto, pero en todo momento asegurarles que serán los progenitores los que tomarán la decisión.
Algunas recomendaciones para acompañar este momento en casa
- Que ambos progenitores les cuenten a los hijos la decisión tomada, que es una decisión conjunta y hacerlo juntos, esa la situación ideal.
- Dar espacio para que puedan expresar cómo se sienten, respetar los silencios, apoyar desde la mirada o con la compañía.
- Asegurar que podrán estar con los dos el tiempo que necesiten les hará sentir tranquilos.
- Conocer que los niños tendrán enfado, rabia, tristeza y que pasarán de estar tristes a estar contentos y a volver a tener rabia y es lo normal.
- Guiarles en que pueden expresar cómo se sienten y pautar que, aunque se sientan enfadados, con rabia o tristes, no pueden gritar o tratar mal al resto, eso les ayudará a no sentirse culpables después y a manejarse dentro de unos límites.
- Por último, reforzar el respeto a todos y qué podrán hablar de la nueva situación cuando lo necesiten les aliviará.
En Crece Bien somos profesionales con amplia experiencia en inteligencia emocional. Si tienes alguna duda o necesitas alguna recomendación, te animamos a que contactes con nosotros, estaremos encantados de atenderte. Puedes hacerlo en el correo electrónico informacion@crecebien.es o en el teléfono 910002602.