Emociones positivas y negativas: más allá de una clasificación

 

Muchas veces hablamos de emociones positivas y negativas pero, ¿es correcta esta división de emociones? ¿Por qué las dividimos? ¿Qué ocurre con algunas emociones que no sabemos muy bien cómo clasificar?

El pasado mes de noviembre Sonia Martínez, directora de Crece Bien, estuvo en la sección ¡Qué emoción! de Radio Sol y habló sobre cómo este proceso, que parece sencillo, no es tan simple como parece. Lo primero que hizo Sonia fue intentar que los oyentes clasificaran en dos cajas –una con el signo + (para referirnos a lo positivo) y otra con el – (para referirnos a lo negativo)–, las emociones que entendemos como básicas en el ser humano: Alegría, Tristeza, Miedo, Ira, Asco y Sorpresa.

En la caja negativa se situaron la tristeza, el miedo, la ira y el asco. En la caja positiva, la alegría. ¿Dónde ubicábamos la sorpresa? Ocurre que una sorpresa puede ser positiva pero también puede ser negativa, y es por esto que como señalaba Sonia no es tan fácil hacer una clasificación de emociones porque en realidad todas las emociones sirven para algo, tienen una función tanto positiva como negativa dependiendo de lo que nos ocurra.

Haciendo un símil podríamos decir que las emociones tienen todas una parte positiva y otra negativa como una pila. Todos las pilas tienen una carga positiva y una negativa. ¿Y si el ser humano necesita de ambas cargas para funcionar correctamente?

Jugando con las emociones

Durante el programa, Sonia le propuso a los niños y niñas y sus familias una adivinanza:

“Es una energía que recorre todo tu cuerpo, puede comenzar por diferentes lugares, a veces se para a descansar en algunos sitios y otras, coge velocidad hasta salir a propulsión como un cohete chocando con todo lo que coge a su paso. Te hace saber las cosas que no te gustan y cuando tiene ocasión se adueña de tus pensamientos. ¿Qué emoción es? ¿Es positiva o negativa?”.

Además de animar a los peques a pensar en qué les provocan según qué emociones, siempre se puede recurrir a la literatura infantil para ilustrarnos y aprender un poquito más sobre las emociones.

Desde Crece Bien recomendamos la lectura de ‘Emocióname’ y ‘El Emocionario’ (Palabras Aladas) y ‘Monstruo triste, Monstruo feliz: Un libro sobre sentimientos’ (Océano Travesía).

 

 


En Crece Bien somos profesionales con amplia experiencia en inteligencia emocional. Si tienes alguna duda o necesitas alguna recomendación, te animamos a que contactes con nosotros, estaremos encantados de atenderte. Puedes hacerlo en el correo electrónico informacion@crecebien.es o en el teléfono 910002602.