Las habilidades sociales son un conjunto de comportamientos que vamos adquiriendo a largo de nuestra vida que nos permiten desenvolvernos de forma favorable en diferentes contextos sociales –en casa, con amigos, en el colegio, en el trabajo, etc.–. Algunos ejemplos de habilidades sociales son: la escucha afectiva, expresar mi opinión en público y privado, hacer y recibir cumplidos o resolver conflictos. Y son muy importantes porque nos permiten relacionarnos con nuestro entorno de forma eficaz. Por ejemplo, las habilidades sociales nos permiten entre otras cosas defender nuestros derechos, establecer límites a los demás de forma eficaz, iniciar una conversación o hablar en público.
Los seres humanos somos seres sociales, necesitamos relacionarnos y contar con este tipo de habilidades nos permiten relacionarnos de forma satisfactoria y nos ayuda a crear un vínculo con los demás. Éste es fundamental para nuestro bienestar emocional.
Cómo se van desarrollando a lo largo de la infancia
Las habilidades sociales se van desarrollando desde que nacemos. Ya de bebes ya vamos aprendiendo este tipo de habilidades: cuando un bebe mira a alguien que llama su atención, por ejemplo. Poco a poco, a medida que el niño va creciendo, va adquiriendo habilidades cada vez más complejas hasta que en la adolescencia ya cuenta con la capacidad de resolver un conflicto de forma más crítica.
No todos tenemos el mismo ritmo a la hora de aprender habilidades sociales, a pesar de que lo ideal sería aprender este tipo de habilidades desde pequeños. Las habilidades sociales también se aprenden en la adultez, ejemplo de esto lo vemos en programas de formación que realizan algunas empresas para que sus empleados aprendan a relacionarse mejor con los clientes o entre ellos.
Por qué marcarán el futuro del niño
Las habilidades sociales son herramientas que vamos a necesitar siempre y, por supuesto, también en la vida adulta. Nos ayudará a desenvolvernos en nuestro trabajo (o a conseguirlo), a crear vínculos saludables, a construir un círculo de amistades sanas… Además, tener altas habilidades sociales se relaciona con una mayor autoestima, mayor autorregulación y mejor rendimiento académico y profesional.
Podemos fomentar las habilidades sociales desde casa. Hay muchos actividades y juegos que podemos hacer con nuestros hijos e hijas para fomentar este tipo de habilidades. Os hacemos algunas propuestas:
– La semana del saludo: consiste en retar a los más pequeño a que el lunes salude a una persona, el martes a dos y así sucesivamente. Con esta actividad ayudaremos a los más pequeños a superar la timidez.
– Jugamos a hacer teatro: podemos hacer un pequeño teatro improvisado con nuestro hijo donde representamos una situación hipotética en la que nuestro hijo pueda conocer a un nuevo amigo. Nosotros podemos hacer rol de un niño que va a conocer y le animamos a que nos cuente qué nos diga diría, cómo iniciaría una conversación con él.
– Representamos un conflicto: otra actividad que podemos hacer es contarle al niño un conflicto que hayamos tenido con una persona, siempre adaptando el lenguaje y el contexto a la edad del niño, luego pedirle que se ponga en nuestro lugar, preguntarle qué haría él. Esto ayudará a que los niños busquen alternativas ante un conflicto.
Por Gema Fuentes, psicóloga de Crece Bien.
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