Los gritos a los niños: un mal camino
Todos los padres somos imperfectos. La crianza y la educación perfecta no existen por muchos libros que leamos y por mucho que nos informemos. Somos humanos y como tal, nos equivocamos. Sin embargo, hay algunos modelos educativos heredados que no sólo no son recomendables sino que pueden perjudicar la relación con nuestros hijos. Tampoco el estrés, el ritmo de vida vertiginoso y el agotamiento ayudan a que los padres no acaben pagando tal frustración ante sus hijos. Pero eso no es excusa.
Que gritar a los niños sea algo relativamente habitual, no quiere decir que sea correcto y, si lo hacemos, un simple “siento haberte gritado” le enseñará a nuestros hijos que nosotros también nos equivocamos y que nos importan sus sentimientos. Y, sobre todo, le enseñamos a reconocer los errores.
No debemos olvidar que para hacer florecer una buena relación con nuestros hijos hay que regar esa semilla a diario. Sin humillaciones, ni gritos ni ningún tipo de violecia hacia la infancia.
Los gritos no son eficaces en la educación de nuestros hijos pero es que, además, son perjudiciales y pueden dejar huella a nivel psicológico si son repetidos.
Consecuencias de una educación con gritos
Si nuestro hijo ve en nosotros una conducta agresiva, probablemente repetirá en un futuro no tan lejano ese patrón. Nosotros somo su ejemplo y como decía Albert Einstein “Educar con el ejemplo no debería ser una forma de educar sino la única”.
Las consecuencias a nivel psicológico del abuso de gritos y una educación agresiva incluyen problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad. Incluso pueden afectar a muchos ámbitos de la personalidad de ese niño.
Hay estudios que revelan que, además, las personas que han vivido una educación basada en gritos y autoritarismo pueden sufrir insatisfacción laboral y diversas adicciones.
Gritar a nuestros hijos nos puede hacer entrar en una espiral de la que será difícil salir basada en la ansiedad, la insatisfacción, el miedo y la frustración.
¿Y los castigos?
Al igual que los gritos, los castigos no tienen una utilidad muy limitada en la crianza y la educación de los hijos. No se trata de no poner límites o de no marcar ciertas normas, sino de poner esos límites y esas normas con respeto hacia las necesidades tanto de los hijos como de los padres.
Nuestros hijos son personas y como tales se merecen respeto, empatía y un esfuerzo por mantener el autocontrol como cualquier adulto. ¿No os parece?
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el articulo nos ayuda , como padres , yo tengo una hermana que grita mucho a su hija e intentado ayudarla , pero no se como hacerlo , si me pudieran dar una pautas gracias .
Gracias, Verónica. Es fantástico si os resulta útil
Excelente
¡Gracias María José!
Es muy SIGNIFICATIVO el articulo.podrian dar recomendaciones…. O metodos estrategias de LIMITES CRIANZA SALUDABLE DEL NIÑO???? Y soy docente de ed fisica necesito herramientas didacticas de LIMITES trabajo la primera infancia 4 a 12 años……y HOY en dia el sistema educativo esta en crisis o modificaciones poco certeras…..NUEVAS HERRAMIENTAS NECESITA EL DOCENTE NUEVO epoca….nueva generacion….nuevas necesidades e intereses
Tomamos nota, Jimena, para hacer un artículo sobre el tema. ¡Muchas gracias!
Me gusta mucho estos artículos..me cuesta mucho evitar llegar al grito.. U tampoco me gusta…intento cambiarlo todo el tiempo y caigo 1 y otra vez. Eso me pone muy triste.
¡Hola Paula! Es difícil pero no imposible. ¡Ánimo! 🙂