A los 11 o 12 años, los hijos comienzan a buscar su independencia, pasan más tiempo con sus amigos y parecen alejarse de sus padres. Este cambio, aunque natural, puede generar nostalgia, miedo e incertidumbre en las familias. No significa que dejen de necesitarte, sino que están cumpliendo con un proceso clave en su desarrollo: construir su propia identidad. Para acompañar esta etapa sin perder la conexión, es importante aceptar el cambio con amor, mantener abiertos los canales de comunicación, respetar su espacio y crear momentos de calidad juntos. Tu hijo siempre volverá a ti si sabe que tu amor es un refugio seguro. 💙 En Crece Bien, te ayudamos a fortalecer la comunicación y el vínculo con tu hijo en cada etapa de su crecimiento.